El cerebro, ese genio desconocido

Hay una nueva disciplina científica que postula que la conciencia, la ética y los sentimientos tienen un correlato biológico y residen todo en grupos de neuronas, -lo que supondría que en la muerte física termina todo– y al contrario de uno de los preceptos inmutables de los Antiguos Linderos: La creencia en la inmortalidad del alma.

Desde la filosofía clásica-griega, específicamente con Platón (427-347 a.C.) la cuestión de la dualidad cuerpo-alma (o cuerpo-mente o cuerpo-espíritu) desveló a generaciones. Platón afirmaba que la naturaleza del alma era lo contrario a la materia porque ésta no poseía movimiento alguno, y el alma era el origen del movimiento; y no sólo esto sino que cualquier otro conocimiento también pertenece al alma.

Parecería, según Platón, que con la muerte, el alma abandona el cuerpo; se desprende de él, manifestándose como el elemento inmortal del hombre, en contraste con las partes biológicas y psicológicas.

La identificación del alma con algo inmaterial tenía que llevar a una oposición con el cuerpo material, a un dualismo antropológico; o sea al dualismo entre el cuerpo y el alma. Dicho dualismo se resume en la siguiente tesis:

-El alma es inmaterial
-El alma es independiente del cuerpo
-El alma es simple, al contrario con el cuerpo que tiene partes
-El alma es más perfecta que el cuerpo, al ser una sola con la verdad
-El alma contiene las virtudes

De esto surge una pregunta escatológica: ¿Porqué el alma perfecta y eterna está unida a un cuerpo corruptible y perecedero? Para Platón existía un origen ético-religioso: el alma existía en el principio sin el cuerpo en el Hiperuranio; por una culpa misteriosa cayó del cielo y como castigo se había unido al cuerpo.

Platón tuvo acceso al conocimiento esotérico de la doctrina Órfica, la metempsicosis, la misma estudiada por los pitagóricos, que enseña que a través de sucesivas reencarnaciones finalmente el alma se purifica y vuelve a vivir en el Hiperuranio.

Sin embargo si apelamos a la filosofía hermética en su principio que Todo es todo y Todo está en todo, y recordando la proposición XV del maestro Baruch de Spinoza, "todo lo que es, es en Dios y nada puede existir ni ser concebido sin Dios" en su obra Ética demostrada según el orden geométrico, nos hallamos próximos a lo que hoy una nueva disciplina, la Neurofilosofía, promete dar con nuevas respuestas a preguntas trascendentes de siempre.

Ante la misma cuestión que se plantea Plantón –dónde residía al ser-, la Neurofilosofía que devine etimológicamente del griego neuro –sistema nervioso- y del Latín philosophia –amor a la sabiduría-, afirma que todo lo inmaterial que caracteriza al hombre se encuentra en la mente.
Está cada vez más claro que los procesos de aprendizaje, la memoria, están contenidos en redes de neuronas. Antonio Damiaso autor del libro El error de Descartes sostiene que si alguien pierde parte de su lóbulo frontal su mente cambia y se vuelve antisocial, deja de trabajar, se vuelve agresivo, tiene conductas obscenas, no ama igual, no valora igual; entonces se plantea: ¿Por qué no pensar entonces que en ese grupo de neuronas reside las virtudes de la ética?

No se trata de una nueva forma de localizacionismo, sino de buscar nexos en esa central cognitiva que es el cerebro y aquellas habilidades que para Platón residían en el alma.

Lo que pretende esta nueva disciplina es integrar la labor de médicos, lingüistas, matemáticos, bioingenieros, psicólogos para generar conocimientos transdiciplinarios acerca del funcionamiento cerebral, y su vez reflexionar sobre las implicancias que esto traerá en la manera en que nos vemos a nosotros mismos.

La Neurofilosofía está preconizada por Patricia Chuchland de la Universidad de California en EE.UU., fue iniciada por Francis Crick, Premio Nobel en 1963 por la descripción de la estructura en doble hélice del ADN, quien desde 1976, junto a Carl Sagan –ya fallecido- estudia el cerebro.
Crick, autor del libro: La Búsqueda científica del alma plantea que existe en el cerebro humano un grupo de neuronas que son el origen del alma y la conciencia, y de ese modo la mente y aún sus productos más sublimes pueden ser explicados por reacciones bioquímicas del cerebro; pero aclara que la cuestión no se deduce a pura biología, pues existe una fuerte relación entre el producto del cerebro y lo que se llama mente, psiquis, espíritu o alma.

En conclusión, somos un conjunto cuerpo-mente, un todo parte del Todo hermético, al que debemos trabajarlo y moldearlo en la búsqueda del logro transformacional.

1 comentario:

  1. Esta claro que en el cerebro reside el pensar, la memoria, la capacidad de hacer cálculo entonces si decimos que:
    alma= pensar+memoria+emociones ergo
    todo termina con la muerte cerebral.
    Hay un dialogo entre Krishnamurti y varios especialistas en Inteligencia artificial que abordan este tema.Creo que K. mismo admite eso que es una evidencia, la relacion entre el cerebro y nuestra memoria, nuestra capacidad de razonar, las emociones,etc, puede que esto conduzca a que uno diga que todo lo creado, esta sujeto a la muerte, por lo tanto todo lo que se relacione al cerebro un dia cesara, la pregunta si hay algo mas, ese algo mas debe ser increado, no puede ser memoria, en una palabra estamos ante una cuestion entre mistica y surrealista.

    ResponderEliminar